Safari en Venezuela... Quién lo diría en ¡Hato Piñero!
- Operadora Auyantepuy Tour
- 17 abr 2017
- 3 Min. de lectura
Luego de casi 6 horas de viaje entre carretera de asfalto y un largo tramo en carretera de tierra, llegué al Hato Piñero, ubicado en el majestuoso estado Cojedes, lugar en el que se siente inmediatamente aire fresco, sensación de naturaleza pura y un agradable clima.
El periodismo me llevó y que grata sorpresa fue visitar esta zona del país. Una sorpresa grande en historias y anécdotas que contar.
Emprendí camino a eso de las 6 de la mañana del viernes Santo, desde Caracas hasta el estado Cojedes. Quería observar todo el entorno, mis ojos no sabían a qué lado voltear, pero lo que si les puedo asegurar es que Hato Piñero es un lugar mágico, una posada con aspecto muy antiguo muy bien conservada, muy típica a las haciendas de antaño, con caminos de piedra, árboles muy altos y frondosos, decorada con piezas muy autóctonas de la zona llanera.
El joven Carlos, nuestro guía turístico nos atendió con mucha amabilidad, junto a su compañera Diana, quienes fueron los encargados del recorrido por esta mágica instalaciones.
La hora de la comida no se hizo esperar. En el mostrador había arroz, ensalada criolla, muchacho redondo y lentejas, todo eso preparado por las bendecidas manos de la señora Mercedes.
Luego de probar estos exquisitos platos, iniciamos el primer recorrido en camionetas tipo Safari.
Partimos alrededor de las 4:30 de la tarde hacia la Laguna Los Cerritos, un hermoso lugar lleno de animales como Chiguires, Caimanes y muchas aves. El anochecer nos llegó en ese momento y mis ojos y losde mis acompañantes pudieron contemplar como el sol se iba ocultando poco a poco entre la sabana formando uno de los crepúsculos más espectaculares que he podido observar. Todos estábamos atónitos ante tal maravilla, los niños no paraban de correr entre tanta sabana mientras sus padres aprovechaban para tomarse fotos.
De regreso al Hato Piñero otra maravilla culinaria nos esperaba y nuevamente mi paladar fue sorprendido.
A pesar de no tener absolutamente nada de cobertura en todo momento que estuve en el Hato Piñero conté con WiFi, por lo que no dude ni un instante en ir publicando en mis redes sociales fotos y videos.
5:00 de la mañana, sonó mi alarma, me despierte para desayunar y arrancar hacia una nueva aventura, otro safari con destino al río Cojedes. Nuevamente la señora Mercedes no me decepcionó con el desayuno, en esta ocasión nos tocó arepa con carne mechada, queso llanero y café con leche.
En el trayecto fue un poco largo y nos permitió observar más animales que los que había visto el día anterior. Flamingos, garzas, corocoros blancos, colorados y castaños, águilas pescadoras, guacamayas, loros, gavilanes, zamuros, colibríes y un sin fin de aves se atravesaban en nuestro camino, al igual que vacas, caballos, búfalos, caimanes y algunos monos.
Al llegar al río Cojedes nos bajamos para descansar, unos señores nos explicaron el proceso de preparación de queso, el cual no dejamos de probar. Mucho más tarde hicimos nuestro tercer recorrido. En esta oportunidad hacia la Laguna Grande, a la cual se llega bordeando una montaña en un camino estrecho entre muchos arbustos. El contraste del agua con el verde pasto hace del lugar un monumento natural.
Encanto
Para el tercer día no había recorrido programado, pero el encanto continuaba no solo para mí, sino también para la familia de alemanes que también estaba de visita. Me resulta difícil creer que unos alemanes vinieran a practicar safari en los llanos de Venezuela.
Por el contrario, el plan era quedarse en el Hato y allí disfrutamos de un Full Day Llanero.
Montamos a caballo y paseamos por la sabana, jugamos bolas criollas, comimos carne en vara y escuchamos un contrapunteo al son de arpa cuatro y maraca.
Evelin Kotter, Kary Hell y Marianne Gómez, así como sus hijos descubrieron animales que para ellos eran desconocidos.
Para Evelin, quien ya había ido hace 27 años, le pareció que el Hato estaba en excelentes condiciones, dijo que el señor Jertrudiz (uno de los guías) fue el mismo que la atendió en su primera visita y para ella fue algo muy gratificante volverlo a ver. No dudaron en invitar a todos los venezolanos en ir al Hato Piñero.
Llegó el último día y con él la nostalgia de saber que la aventura había llegado a su fin.
No puedo terminar sin agradecer enormemente a la Operadora Auyantepu Tour y todo su equipo de colaboradores, Ibelice, Carlos, Diana, la señora Mercedes, Jertudiz, Samuel que hicieron de este paseo una experiencia maravillosa.
Redacción: Luis Eduardo Velásquez.
Lcdo. Luis Eduardo Velásquez C. / CNP: 19.776







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